31 agosto 2009

Bicicrítica Agosto 2009, Madrid

Tras la de mayo, no había coincidido en Madrid para participar en otra bicicrítica, así que ya tenía muchas ganas de volver, pero además es que esta vez también coincidió Mónica, así que pudimos ir juntos.
A pesar de que era agosto había un montón de gente. Vimos una cámara de TVE grabando imágenes, pero no sé si han sido emitidas. Como siempre la repercusión mediática de una actividad que interrumpe durante dos horas todo el centro de Madrid, ha sido mínima: Esto sucede, pero no interesa que se sepa.
Os dejo una foto de un tío en una bici "poco habitual":



Y un vídeo donde se ve una panorámica de la calle María de Molina, desde Velazquez hasta Castellana, cubierta de ciclistas:



¡Hasta la próxima!

30 agosto 2009

La Manga del Mar Menor

Cuando nos acercábamos por la autopista hacia Cabo de Palos, la vista de La Manga en toda su envergadura me impresionó muchísimo.
Sabía de qué se trataba, pero nunca imaginé adecuadamente su magnitud.

Aunque no es muy buena, esta fotografía hecha desde el coche muestra una porción de La Manga donde se aprecia, no muy bien pero mejor que en mis peores pesadillas, su magnitud

Decía José Antonio Valverde en sus memorias, que el Mar Menor y La Manga, era uno de los espacios naturales costeros más valiosos de toda la península, con la mayor albufera de Europa, con 24 kilómetros de arenales cubiertos de sabinares, únicos en el Mediterráneo español y con una serie de humedales, tanto salinos como dulces, de lo más variado.
En conjunto representaba uno de los ecosistemas más ricos de todo el continente, y de haberse preservado, hoy sería un señero parque nacional.
Por contra, tenemos el Mar Menor con una gran contaminación, principalmente de origen orgánico por la gran presión humana existente en sus orillas, y La Manga, los 24 kilómetros de antes casi en su totalidad cubiertos de edificios más o menos altos que en su máxima ocupación llegan a albergar más de 500.000 personas en verano.
La línea de edificios de La Manga, vista desde el interior o desde el mar, resulta lo más parecido al típico skyline americano que jamás haya visto en España: ¡Una atrocidad en toda regla!
Afortunadamente todavía quedan retazos de lo que fue, como el Parque Regional de Las Salinas y Arenales de San Pedro de Pinatar, las Islas e Islotes del Mediterráneo y la Reserva Marina del Cabo de Palos e Islas Hormigas.
Además nos acercamos al Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, que a escasos minutos de La Manga conserva asombrosamente preciosas playas sin urbanizar; en concreto la de Calblanque, la única que visité, tiene una de las arenas más finas y de color más bonito que haya visto.
El caso es que hasta allí nos fuimos, invitados muy amablemente por Laura y Antonio, Mónica, Sandra, Cristina, Pili, Amaia, Álvaro y yo, total nueve personas en un piso de dos habitaciones.
Fue un fin de semana rápido, cuyo principal objetivo era bucear en Islas Hormigas, sin duda la mejor inmersión que he realizado en España: muchas vida, muchos peces grandes y unos cuantos nudibranquios diminutos pero preciosos.
Además, Mónica, Álvaro y yo nos acercamos a una pequeña escuela de escalada en El Portús, con una piedra de conglomerado bastante cursiosa para escalar. Un par de vías y a cenar.


Las vistas de La Manga desde la casa de Laura y Antonio


La playa de Calblanque


Otra de Calblanque


Álvaro apretando en un paso en la escuela de El Potús


Cristina, Sandra, Amaia, Laura, Pili, Mónica y Álvaro comiendo copiosamente antes de salir de viaje de regreso

El fin de semana fue muy divertido y me quedo con las ganas de probar unas rutas en bici por la zona de los sabinares y salinas de San Pedro.
Otra vez será (si nos invitan de nuevo: por cierto muchas gracias por invitarnos)

26 agosto 2009

Cabo de Gata

Por fin terminé el curso de buceo "avanzado" que había empezado en Mozambique.
Nos fuimos Álvaro y yo a un centro de buceo en La Isleta del Moro, en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, y nos lo sacamos.
Las inmersiones estuvieron bien, aunque quizá por la costumbre, eché en falta más vida.
Además de bucear hicimos un poco de turismo playero y un poco de bici para desentumecer los músculos.

En la playa "El Playazo", nada más llegar. Las formaciones volcánicas y su erosión me recordó mucho a las playas de Espíritu Santo en Baja California Sur


Otra vista de El Playazo


Embarcando en La Isleta del Moro para irnos a una inmersión


Casas en La Isleta del Moro


Desde el tómbolo de La Isleta del Moro


Playa de cantos rodados cercana a la misma localidad. Al fondo dos volcanes gemelos


Playa de Mónsul, donde se rodó una famosa escena de "Indiana Jones y la última cruzada".
Toda la zona sirvió de escenario para esta película y hay numerosas localizaciones que han servido a muchas otras películas. El paisaje es muy fotogénico y la zona está bastante bien conservada, se ven muy pocos edificios en la costa



Otra vista de Mónsul


Y otra más


Nuestras bicis aparcadas en la playa de Los Genoveses, también virgen, sin edificaciones, pero había bastante gente acampada en los aparcamientos


Álvaro se asoma temerariamente a un saliente muy erosionado de la costa, cerca de Los Escullos; detrás se ve el castillo. Habiendo visto la cantidad de acantilados que hay caídos en la zona y habiendo visto lo que ha pasado recientemente en el Algarve portugués, mejor no repetir este tipo de fotos...

Además visitamos las salinas del Cabo de Gata donde pudimos ver unos cuantos flamencos.
El Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar es un espacio muy recomendable, con mucho que visitar y que ver y por lo que percibimos un sitio ideal para la bici; eso sí, con un poco menos de calor.

Plagas "bíblicas"

Todo el mundo se acordará de la "devastadora" plaga de topillos que "asoló" Castilla y León en el verano del 2007.
Pero si no es así, te cuento algo sobre un estudio del CSIC y las Universidades de León y la Autónoma de Madrid que han publicado en una prestigiosa revista científica Environmental Conservation de la universidad de Cambridge (para despejar toda duda, aclararé que la manera como trabajan las revistas científicas es por revisores externos a las mismas, que son otros científicos, que finalmente son los que deciden si se publica o no un artículo en la revista de turno. Esto hace que las revistas científicas tengan un control de lo que publican muy minucioso y exigente y sean completamente ajenas a toda manipulación)
En ese estudio se dice que la plaga de topillos terminó de forma natural.
¡Vamos! lo habitual en las plagas animales, que llegado un momento, el tamaño es tan grande que los recursos comienzan a escasear y de manera súbita colapsa y desaparece. En este caso también ayudaron los primeros fríos del invierno.
Lo que concluye muy claramente el estudio es que la aplicación masiva de veneno no ayudó: es más, afirman que al haber sido aplicado en varias ZEPA (Zona de Especial Protección para Aves), ha sido muy perjudicial para el medio y podría haber afectado a los mejores controladores de las plagas de topillos: pequeñas y medianas rapaces como los cernícalos, milanos, ratoneros, mochuelos, lechuzas...
Pero lo que más me llama a mí la atención son algunos números que dan sobre la plaga:
La plaga que "asoló" Castillas y León afectó a menos de 500.000 hectáreas; la comunidad cuenta con una superficie total de 9.422.300 hectáreas de las que 5.783.831 son agrícolas.
Es decir, afectó a menos del 5% de la superficie de la comunidad y menos de 10% de la superficie agrícola.
El año 2007 fue la mejor campaña agrícola de patatas, cereales y viñas de los 10 últimos años, a pesar de que las campañas de control (eufemismo para envenenamiento masivo del campo) sucedieron después de la cosecha.
El coste de los daños compensatorios reclamados por los agricultores ascendió en toda la comunidad a la astronómica cifra de 5 millones y medio de euros (el equivalente a menos de un kilómetro de autopista)
El coste de las campañas de control ascendió a 24 millones de euros.
La presión mediática conseguida, principalmente por las organizaciones agrarias, fue increible, habiendo movilizado todos los medios escritos de radio y televisión importantes del país, lo que parece una exageración dada la verdadera magnitud del problema.
Las organizaciones de cazadores reclaman pérdidas millonarias en caza menor (principalmente liebre, de las que se han encontrado muertas por decenas de miles, y perdiz).
Concretamente el coto de Toro, encargó un estudio toxicológico a la Universidad de Murcia, que demostró la relación causa-efecto entre el control de la plaga y la muerte de miles de liebres, sólo en su coto.
Si esto ha pasado con las especies cinegéticas, qué no habrá pasado con las que no lo son, o con las especies protegidas.
Diversas organizaciones conservacionistas ya han denunciado a la Junta, pero estas cosas llevarán mucho tiempo y para entonces se habrá disuelto el asunto.
La Junta ha desacreditado a los autores del estudio y alude a sus propios científicos que tienen sus propios estudios que nadie ha visto ni publicado, pero que dicen lo contrario.
En la wikipedia hay un extenso artículo con numerosas referencias científicas sobre el tema.
En la página Verdades de los Topillos, puesta en marcha por Javier Viñuelas, uno de los autores del citado artículo, se cuenta mucho más y mejor sobre este tema, con enlaces a muchos artículos científicos online.
Como el medio ambiente no le importa a nadie, no sirve ni como arma arrojadiza que el PSOE podría usar contra el PP.
¡Qué triste!

24 agosto 2009

Montañismo

Es ésta una palabra muy en desuso, sustituida por otras más "modernas" como senderismo o trekking, o más específicas como escalada o alpinismo.
Sin embargo hubo un tiempo en que la palabra montañismo definía todo un conjunto de actividades y la palabra montañero a unas personas que se dedican a esas actividades que nada tienen que ver con la gran cantidad de gente que ensucia nuestras montañas domingo tras domingo.
Como yo empecé a salir a la montaña con tan solo 8 años y no había ni moderneces ni gran especialización, siempre me consideré montañero (del subtipo pisapraos, eso está claro).
Una de las cosas que más me gusta de la montaña, aparte de la montaña en sí misma, es el espíritu predominantemente solidario y altruista que todavía domina entre los montañeros.
Hace unos meses, mientras escalábamos en San Bartolo Mónica y yo con unas amigas, una me preguntó que quién ponía todas esas cosas (anclajes, seguros y reuniones) adónde nos enganchábamos y quién pagaba todo eso.
Al principio me pareció una pregunta inmediata de alguien ajeno a todo aquéllo, pero posteriormente me percaté de que lo que esa persona no entendía realmente es que todo aquéllo, costara lo que costara, lo pagaba el que quería abrir una vía para su disfrute y el disfrute de todo aquel que quisiera repetirla.
Y es que, desde fuera de todo ese mundillo, no resulta fácil entender que haya gente que invierte mucho tiempo y dinero en algo por lo que no espera más recompensa que satisfacción personal. Una vez que tienes el equipo, la escalada deportiva es gratis y sumamente segura.
No tienes que pagar un forfait para subir una y otra vez por las paredes.
No tienes que pagar una entrada para usar unas instalaciones.
Simplemente las usas y ya está.
Como digo, esto tan simple, al no estar dentro de un sistema monetario, resulta, para mucha gente, incomprensible.
Igual de incomprensible resulta para muchos, que haya quien decida pasar sus vacaciones en lejanas montañas escalando picos casi imposibles y que para colmo, sucedan accidentes y muera gente en ellos.
El montañismo en toda su amplitud, no es sólo un deporte, es una manera de vivir, de viajar, de conocer gente, de explorar.
Es probablemente uno de los deportes que más conocimiento ha aportado al ser humano y aún así se le denigra, se le cuestiona y no se le entiende en absoluto.
Somos capaces de entender que 100.000 borregos coreen el nombre de una persona habilidosa con los pies, que mete una pelota entre tres palos; que millones de personas peguen los ojos alienadamente en la tele viendo cómo unos locos al volante se ponen a 300 Km/h; que un tío que se dedica a empujar una pelotita con un palito por un campo artificial gane más de 80 millones de € al año; pero la mayoría de la gente es incapaz de entender que prefieras la montaña a la playa; que te guste sufrir en una cuesta interminable para llegar a un sitio del cual te darás la vuelta casi inmediatamente; que pases más miedo que vergüenza cada vez que te calzas unos gatos de escalada y que sin embargo vuelvas semana tras semana.
Hace poco, con todo el asunto de Óscar Pérez en el Latok II, leí una entrevista al hermano de otro montañero muerto el año pasado (Iñaki Ochoa) y rompía con el tópico de que su hermano estaría feliz porque murió haciendo lo que quería, ya que, aseguraba, su hermano no quería morir, su hermano estaba lleno de vida, probablemente más que todos los que día tras día hacemos cosas anodinas que no nos matan, pero nos carcomen.
También afirmaba, que pese a su temprana muerte y pese a que a muchos les pueda parecer un inadaptado social (y por extensión, todos los montañeros, entre los que me encuadro, más por inadaptado que por montañero), su hermano había vivido en apenas 40 años, más de lo que la mayoría viviremos en el doble de tiempo.
Días después Álvaro Novellón, compañero de Óscar, con el que culminó por primera vez la arista noroeste del Latok II, tras 25 expediciones que no lo consiguieron, decía cosas parecidas en su primera entrevista.
El montañismo profesional es muy poco conocido y valorado en nuestro país, a pesar de tener en todas sus variantes (escalada, alpinismo, himalayismo, grandes paredes, escalada artificial...) a algunos de los mejores profesionales del mundo; a pesar de ser el único país que ha filmado en documentales, las ascensiones a los 14 ochomiles (con el programa de TVE "Al filo de lo imposible", que si fuera de la BBC, lo tendríamos hasta en la sopa, en prime time y su director, Sebastián Álvaro que además ha sido el coordinador del rescate fallido de Óscar Pérez, sería pomposamente nombrado Sir por la reina, pero en su lugar fue jubilado anticipadamente), a pesar de tantas y tantas gestas deportivas.
Aunque me fastidia la poca importancia que se le da a estas actividades deportivas, en el fondo prefiero que siga siendo así.

01 agosto 2009

Fotos desde el coche

Cada vez hago más fotografías, así en general.
Casi que llega a ser una obsesión y hago fotos allí donde vaya y haga lo que haga.
Es más, recientemente me he comprado una cámara pequeña, para poder llevarla a cualquier lado y hacer fotos a cualquier cosa, que incluso aguanta hasta 3 metros de profundidad en el agua, con lo que me la llevaré tranquilamente a cualquier actividad acuática (menos buceo) o donde las condiciones climáticas no sean seguras para una cámara que no las aguante todas.
Lo malo es que este incremento de la cantidad de fotos hechas al día, no va parejo a un incremento en la calidad de las mismas.
De hecho, considero que mis mejores fotos son diapositivas y tienen ya muchos años.
En el último viaje a Picos de Europa, durante el camino hice algunas fotos desde la ventanilla del coche. Siempre me han gustado las fotos hechas de este modo, con el primer plano movido y el fondo nítido y sin poder escoger plenamente el encuadre.
Algunas quedan bien.
Revisando mi archivo, me percato que hago este tipo de fotos comúnmente.
Aquí va una muestra, primero la serie que ha motivado esta entrada:

De camino a Picos de Europa


Otra de camino en la provincia de Burgos


Una más un poco más allá


Y la última de esta serie. El cielo invitaba a tirar fotos casi continuamente

Ahora algunas de las recuperadas:

De Nampula a Ilha Moçambique, Mozambique


De Beira a Gorongosa, Mozambique

De Puebla a México D.F, México


De La Paz a Loreto en Baja California Sur, México


Y ésta última desde el Chepe, el tren que une Chihuahua con el Golfo de California atravesando las Barrancas del Cobre. México


Seguro que por algún lado del disco duro y los archivadores de diapos, tengo más y de disntintos medios de transporte, pero éstas son las que me han resultado más accesibles.